jueves, 27 de septiembre de 2007

uechi-ryu shobukai


Estaba totalmente concentrada en mover el dedo meñique de su pie izquierdo en el medio del dojo con su karategui blanco mientras en el fondo sus compañeros hacían el bunkai de kanshiwa circular, y pensaba en lo ridículamente estrafalarias que sonarían esas palabras para la gente de afuera, como esa gente que cuando le dicen kurosawa y piensa kurosawadebesercomokawasaki,kawasakimoto, motonosenadademotonidekawasakiperosequesonbuenaslaskurosawas.
Y pasaba el tiempo mirando el pie en un contexto de boken, cuyo índice (los dedos de los pies tienen los mismos nombres que los de la mano? no se si se puede señalar con el dedo)era más largo y el que mayor semejanza con la mano de E.T. tenía- Y su meñique tenía una uña diminuta, pero lo único que impostaba era poder moverlo como a un nunchaku dejando quieto todo lo demás.
Terminó el bunkai y siguieron con kata, todos sin prestarle atención, y llegaron las 8 y media y ella siguió ahí, y nadie osó moverla para no distraerla, tanta concentración daba miedo.
Cada vez adquiría mayor maestría en materia de movimientos meñíqueos pédicos, y con la práctica venía la experiencia, hasta que cuando por fin pudo mover el meñique solamente, paró de moverse y el dedo se cayó, y nunca más volvió a crecer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con razón! De ahí viene la moda islándica de las niñas de 10 años que usan un dedito meñique como colgante en el tobillo! Y la ablación genital de las jóvenes africanas! Cómo no me di cuenta antes!