martes, 30 de octubre de 2007

pañuelo


Salieron charlando del salón hacia el playón donde los chicos jugaban futbol tennis y les pegó un sol para el que no estaban preparadas. Que hermoso era cuando en pleno otoño encontraba un sol que llegaba a todas las cosas. Eso le agregó una gran porción de alegría a la contrariedad que venía sintiendo desde hacía un rato. La verdad es que hacía un rato que estaba buscando desesperada alguna buena forma de salir del pozo y entretanto descubrió que su pañuelo-bufanda era tan grande como un mantel. Le parecía gracioso ser tan despistada y se reía y reía y no paraba paraba, y a veces era lindo pero otras asustaba y para los demás ya no era especial sino loca.
Después salieron y ese sol llenasonrisas le pegó en la cara y ahí se dio cuenta de lo feliz que podía ser. Sus amigos estaban ahí, bajo un cielo celeste de primavera y una luz amarilla de verano con ojas amarillasmarrones de otoño y cosas ttansparentes de invierno.
Estaba feliz y contenta y comenzó a hablar y se sacó el pañuelo-bufanda, y con él comenzó a girar y girar y nadie la miraba, pero los pañuelos y los amigos, y las estaciones de Vivakdi y hasta el recreo se habían confabulado para que fuera feliz. Giraba y no le importaba nada, y los chicos no jugaban al fubol tennis en el playón y así podía girar para todos lados.
Lentamente se tropezaba y caia envuelta en su pañuelo celeste con rayas negras de invierno, y su cabeza dio contra el cemento gris y lo tiñó de rojo, junto con sus dientes y sus ojos y los agujeritos de sus orejas, y los dedos y las uñas de los pies.
Y había sido tan feliz con tan poco que no interesaba que por caerse y morirse se hubiera perdido de algo tan complejo y fascinante como ver las curvas de los árboles con sus amigos, mientras el profesor de historia llegaba tarde por haberse quedado dormido.
Pero a ellos la felicidad no les salía de los ojos y las orejas y las uñas de los pies, y los árboles y la historia y la vida y la casa estaban en orden todos. Paz

No hay comentarios: