-Lucía, ¡Andás todo el día pataperreando por ahí!
Hizo como que no escuchaba y siguió caminando. Cerró la puerta y empezó el pataperreo. Miró las hojas que caían, buscó cosas nuevas en las calles que había caminado miles de veces, compró cosas que no necesitaba, espejitos de colores, chuflines y esas cosas. Encontró un amigo con el cual reirse de la palabra pataperrear, un verbum vervi bastante interesante, como si estuviera andando por ahí con patas de perro, o las anduviera cosechando como si fueran papas.
Charlaron y charlaron, como si quisieran contarse todas sus vidas en esos pocos minutos que duraría ese tercer encuentro. La gente, hasta los amigos, suele hablar rápido cuando intenta conocerse, como si intentara pasar esa etapa lo antes posible, para pasar a hablar lento de cosas sin tiempo. La gente digo, pero sólo es la gente como ellos, porqu personas como ellos hay pocas en el mundo.
Se fue a seguir pataperreando y cantando mentalmente una canción de publicidad.
Caminó y pataperreó sorprendiéndose de las cosas menos sorprendentes, levantando cosas del camino y rayando las paredes con ramitas.
Apareció un caramelo en el camino, uno bien envuelto, y lo levantó con la boca. Se fue caminando feliz con sus cuatro patas para su casa, proque ahora si estaba cansada de pataperrear.
No hay comentarios:
Publicar un comentario