Se fue a secar el pelo al baño y escuchó lo que parecía ser el rugido de un león. Pensó que debía ser el agua llenando la bañera y siguió secándose, pero cuando se acercó vio que efectivamente era un león que la miraba un poco indignado.
Por algunos segundo pensó en qué grosera estaba siendo al interrumpir así un baño, pero después se acordó de que era su baño.
Y de patitas a la calle.
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