lunes, 12 de julio de 2010

Anexo sobre el INCUCAI

Más allá de la anécdota ridícula, parece un disparate que los sanatorios no tengan cierta información fundamental de sus pacientes. En primer lugar, parece un disparate que existan lugares como el Sanatorio San José, pero fuera de todo lo que pasó antes, este lugar es de una inutilidad tal, que no e mantienen registros de los pacientes -terminales, porque a nadie se le iba a ocurrir decir "uy, como pero si ayer estaba diez puntos"-. Ni siquiera un teléfono. Los médicos se dedican a preservar la vida, nos dijeron. ¿Y cuantas vidas salvan unos riñones? yo creería que dos. Un registro puede parecer morboso, pero que cuesta, en la hojita donde dice Soltero, 3 hijos, sangre tipo A+, poner Donador de órganos? Estamos en un hospital, no te lo pregunta el banco cuando vas a cambiar monedas. Hace 12 años que mi papá se hizo donador de órganos, fue directo con mi documento de los 8 años, que pasa con eso, habrá un registro? La psicóloga del INCUCAI está ahí para hablar con las familias, para hablar con ellas de las vidas que pueden salvar donando los órganos de su ser querido. Yo entiendo que es difícil, yo estuve ahí, es quitar una parte de alguien... pero no los va a usar. Y al fin y al cabo es casi tan egoísta como no querer que alguien que queremos, muy dolorido, muera, para que no nos deje. Es eso mismo, es por nosotros que no queremos donar, no por ellos. El INCUCAI respeta a los familiares, habla con ellos, lleva a una profesional para asistirlos, asistirnos en el momento de la pérdida. Más allá de que se viera o no la gotita de los ojos de mi papá (al otro día no se veía), ellos hacen que el cuerpo se vea igual que antes, porque en todo este procedimiento horrible que es despedir a un ser querido, ellos son los únicos que tienen respeto hacia el cuerpo, del que antes estaba vivo, y la familia, que se está despidiendo. A mi me dio un poco de impresión, no miento, pero dos personas pueden ver con las córneas de mi papá ahora, y ellos te dicen la edad y el sexo. Los órganos pueden ser usados para cualquier persona, sin importar el sexo, con tal que sean compatibles. Pueden donarse los pulmones, el corazón, los riñones, el hígado, el páncreas, la médula, los huesos (que pueden triturarse e ir a un banco de huesos, o completos), la piel (para los niños quemados, sobre todo) y las córneas. Mi papá no podía donar más que las córneas, por el cáncer, y creo que es casi lo único que puede donarse con horas de posterioridad. Es necesario llamar al INCUCAI a tiempo, pueden donarse órganos vitales. Cuando mi papá murió, me quedó la impresión de que algo estaba mal, algo se podría haber hecho, no se. Pero esto colabora a reducir esa sensación.
A demás, la verdad, al cuerpo en el hospital, en la funeraria, en Chacarita, no lo respeta nadie. Es como una cosa, todos lo manosean, lo maltratan. Para el INCUCAI, el cuerpo de mi papá era el de alguien generoso, que un día pensó que podía ayudar a alguien después de muerto, y están agradecidos. Y también te agradecen a vos, que en un momento tan espantoso, te reconforta hacer algo.

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